
Hablemos del suicidio en niños
El suicidio infantil es una realidad que pocos adultos queremos enfrentar e incluso hay pocas investigaciones sobre el tema. Probablemente es porque resulta terrible pensar que la infancia a la que muchos consideran una etapa de felicidad no siempre es así para todos.
La adolescencia es un momento crítico para el desarrollo de un niño porque es en ese momento cuando los jóvenes se ven sometidos a más estrés, cuestionan su identidad, se alejan de la familia y eso hace que se encuentren más desprotegidos a la hora de resolver sus problemas de forma efectiva si no consiguen encontrar una red de apoyo sólida como son amigos o en otros familiares.
Sin embargo, esas ideas suicidas no surgen de la nada. A pesar de que los menores de 14 años tengan menos probabilidades que los adolescentes, también tienen ideas suicidas, aunque las lleven a la práctica en menos ocasiones.
Afortunadamente, el suicidio se puede prevenir con el adecuado asesoramiento e intervención de un especialista. Sin embargo, es importante estar atento a determinadas señales en la infancia que nos pueden dar pistas para pedir ayuda a dicho profesional.
Es extremadamente importante que como adultos, tomemos en serio todas las amenazas de suicidio y busquemos tratamiento inmediato para nuestro hijo o adolescente.
algunas señales de advertencia pueden incluir:
- Descuidar el aspecto personal.
- Escaparse del hogar.
- Comportamiento arriesgado, como conducir en forma imprudente o ser promiscuo sexualmente.
- Un cambio en la personalidad (por ejemplo, pasar de ser alegre a ser callado).

